PUNTO Y APARTE
no es solo
el título de la exposición presente, es un propósito que nace de la necesidad
de revisar la producción realizada estos últimos años.
El
profesor Roman de la Calle calificó mi actitud hacia la creación como la del
Guadiana: a veces la corriente del agua va enterrada y en silencio y otras
transcurre alegre y ligera entre matorrales y guijarros.
La
creación en el arte, igual que en otros campos, depende mucho del talante del
creador, hay quien es muy sistemático y hay quien es muy caótico, por citar dos
extremos. Mi caso pertenece al segundo grupo y es precisamente por eso que periódicamente me
veo obligado a parar de trabajar y recapitular para poder reflexionar y
reorientar la creación. Entiendo que la creación escultórica es un fenómeno
convergente donde conocimientos, métodos, técnicas y propósitos dibujan los
objetivos que se han de trazar al comienzo de uno nuevo proyecto.
Los
principios estéticos de la presente muestra han estado bien definidos por
Assumpta Rosés en el ensayo que hace en el catálogo de la exposición El acento con que dices las cosas. También una aproximación interesante con respecto a mis dibujos
la hace en el mismo catálogo Aldo Ternavassio al hablar sobre lo visible o lo
invisible en mi obra gráfica.
No
obstante debo añadir que la obra no es una definición estática de las
pretensiones del escultor, bien al contrario, la obra vive gracias a la
reinterpretación que el espectador hace en el momento que la contempla, en este
sentido mi trabajo se presenta abierto, no son objetos que se cierran en sí
mismos. Esperan de la sensibilidad y de la atención de quien se los mira para
recrearlos, quieren constituirse, desde su autonomía, en artefactos
dinamizadores de la conciencia a través de la sensibilidad.
De
aquí la energía que piden al ser creados. Impregnar el objeto de esta energía
no solo pide sabiduría y experiencia, exige al escultor entrega total y
determinación en la acción constructiva, eso quiere decir: huir de toda rutina
y atender a planteamientos inéditos e ilusionantes, buscar lo que aún no sabes
como es, aunque intuitivamente lo percibes, y sobre todo, recurrir a una nueva
aventura que ensanche el pensamiento creador.
Este
es el gozo del artista y así lo debería de entender el espectador: con la
fruición y el deseo de poder recibir nuevos estímulos que abren los sentidos
hacia el Universo. Es por eso que ahora, de momento, lo que toca es hacer un PUNTO Y APARTE.
Sebastià
Miralles (septiembre 2011)

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