Inmersa en
numerosos proyectos multimedia Cristina Ghetti, elabora con profundos
conocimientos técnicos y sensibilidad, elegantes modulaciones de una exquisita
y optimista energía. Un arte de claridad, de estabilidad y orden pero con una
intención clara de hacer que se perciba la pintura como un continuum mobile,
pero altamente estructurado, medido y regulado en su composición por el ritmo
de las direcciones formales, esas sutiles redes espaciales que pueden hacernos
captar inmateriales esencias de infinitud. Aquí frente al “menos es más” de
Mies Van der Rohe yo añadiría que “más es más” en la obra de Cristina Ghetti y
no por acumulación material, sino por la visión ilimitada que propone su
pintura.
En su obra, en
sus cuadros, percibimos su esférica musicalidad, de la que emanan variadas
escalas y luminosas connotaciones que hacen vibrar al espíritu atento. La
expresión de su obra surge no solamente de la regularidad formal o compositiva,
sino de las coherentes o dispares relaciones de color desplegados a la manera
de un elaborado discurso melódico, como de suprema y satisfactoria belleza,
formulando una fecunda experiencia visual, activa y coherente con la rítmica
temporal.
En sus obras
“objeto” más pictóricas, entiendo que son muy importantes en el formato las
aristas curvilíneas que acentúan la interacción espacial de las mismas con el
entorno vertical – horizontal dominante y esa modulación hacia infinitos
horizontes que se desprenden como umbral de otros universos pautados entre el
silencio, lo sutil, el orden y la complejidad.
El paso de la
obra estática o con movimiento virtual a la práctica del arte con las
tecnologías de hoy (ordenadores, vídeo etc.) las asume Cristina Ghetti con
absoluta naturalidad y vocación por la expresividad. El Arte, la Ciencia y la
Tecnología como plataforma de conocimiento vuelven a fluir, depositados en sus
obras, sin oposición e influyéndose mutuamente para generar nuevas y
personalísimas formulaciones con absoluta coherencia.
Yo destacaría
en el conjunto de su producción el que transmita junto a la primordial
rigurosidad de su propuesta, esa alegría de vivir, como ocurría con
Matisse, o ese optimismo vigoroso y delicado a un tiempo, que traducen estas
obras, que al margen de tendencias es activamente intemporal, exquisita y
valiente. Su arte posee como decía Braque “la passion que corrige la regle et
au meme temps, c’ette regle qui corrige la passion” . Algo así como el Broadway
Woogie Woogie de Mondrian o un arco iris sobre el mar.
José María Yturralde,
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